Cuando hablamos de educación canina nos referirnos a la utilización de métodos, técnicas y sistemas de aprendizaje que tienen como objetivo enseñar a un perro a convivir de forma ordenada y correcta con el grupo social al que pertenece (otros perros, personas y/u otros animales) y a relacionarse adecuadamente con todos los estímulos del entorno (personas, animales, objetos, olores, sonidos, etc.).
La educación está dirigida a lograr que un perro obedezca las órdenes básicas de su guía, pero implica mucho más que la mera obediencia, enseñando al perro a gestionar sus emociones ante situaciones adversas
Nuestra manera de trabajar es mediante el reforzador social, es decir, trabajamos capturando el comportamiento correcto del perro. Cuando éste realiza algún comportamiento que nosotros queremos que conserve en el tiempo y realizándolo de forma natural, lo capturamos mediante caricias y felicitaciones verbales. Por ejemplo, si desde cachorro se sienta, nosotros reforzamos esa conducta con una caricia y con buenas palabras. Con esto conseguiremos que mantenga ese comportamiento para siempre.
Con la utilización de estos métodos conseguimos el equilibrio perfecto entre las necesidades del perro y las del guía para asegurar el bienestar de ambos.
Para lograr una buena educación canina el guía tiene que esforzarse por aprender a comunicarse correctamente con su perro y, sobre todo, por entender cuáles son las necesidades de su animal en cada momento.
Este tipo de entrenamiento consiste en conseguir la respuesta deseada de tu perro a través de una relación obediencia-recompensa. De esta forma, el perro va a cambiar su comportamiento a partir de un estímulo reforzador que, si es lo que se espera, se repetirá por el resto de su vida.
Asistencia, detección de sustancias, billetes, utilidad y trabajo, etc…
Más tarde o más temprano, todos los perros muestran algún problema de comportamiento. Ladrar, morder, saltar sobre las personas, orinar en cualquier sitio… Son algunos comportamientos que no solemos comprender por qué suceden. La solución para conseguir corregirlos pasa por un correcto proceso de adiestramiento de modificación de conducta canina.
Debes saber que la obediencia va más allá de unos simples trucos como dar la pata o hacerse el muerto, tu perro debe aprender a comportarse y a hacerte caso en todo momento, especialmente fuera del hogar.
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